El aire de aquí, la frecuencia que se enorgullece en dedicar enteramente su programación al arte popular argentino y latinoamericano. Galardonada con premios Argentores, Oesterheld y Fundación Huesped, sin embargo el galardón más importante es que día a día, miles de oyentes se conmuevan ante una manera de expresar en sonidos, el universo criollo, el imaginario popular
Ricardo Vilca, tenía carnavales en su mirada. Vilca, maestro rural humahuaqueño, ejerció durante 16 años; su sensibilidad lo empujó a desnudar el verbo del cardón, lo que protesta el roció sobre la sedienta puna. Tukuta Gordillo sostiene que Vilca "hizo sonar la música de los zafreros, hacheros, andinos, el sonido profundo del hombre parado en medio del todo y de la nada, que es la Puna" Conformó el grupo: "Ricardo Vilca y sus amigos" , compartió escenario con César Isella, Zamba Quipildor, León Gieco y otros tantos que supieron hallar en la música de Vilca, los sonidos de la Humahuaca latente Ricardo Vilca, nació en Humahuaca, entre las casas de adobe, y el camino del inca, en un noviembre que tenía la edad de la nostalgia.
Tomás Lipán sostiene que Vilca fue "un gran hombre, con una sensibilidad enorme, con una fortaleza interior tremenda y un andador incansable del camino de la música" Las callecitas de Humahuaca se llenaron de sikuris, los cardones callaron, los cerros repasaron su antiguo silencio de colores, el adobe pronunció su plegaria de humedad: había muerto Ricardo Vilca, el hombre que le puso música a tanta soledad, que le puso Dios al silencio, que le puso Guanuqueando a la eternidad de la puna
