lunes, 3 de diciembre de 2007

PARADIGMAS: JAIME DÁVALOS Y EDUARDO FALÚ















Entre todas las palabras que nuestro idioma posee, entre todas los sonidos que el pentagrama ofrece, Jaime Dávalos y Eduardo Falú, socios en la belleza popular, supieron elegir las precisas, para edificar los trascendentes canciones de nuestro folklore
Titiritero, minero, alfarero, hachero, fueron los oficios que le dieron a Jaime Dávalos, adjetivos de telares, sinónimos de barro, silencio de vientos, letras de carbón
Falú nació en el Galpón, Salta, logró que la guitarra confesara sus más criollos secretos, logró que la vigüela se pusiera de novia con el verso de Jaime Dávalos, y que juntos recorrieran con belleza el imaginario popular, invitaron a soñar en canciones al zafrero
Según el poeta Ramón Navarro: Eduardo Falú y Jaime Dávalos son como el cántaro y el agua, como la copla y la baguala, inseparables, inherentes, esenciales.

Dávalos debe venir nomás del ronco tambor de la luna, y Falú, del profundo aljibe sonoro, alborotador de sosiegos, que heredó su guitarra del árbol más celeste y recóndito.
Alma sedienta de tu claridad, escribió Jaime Dávalos, el poeta que se crió detrás de la copla, entre el balbuceo de los dioses en los Valles Calchaquíes, tal vez Dávalos, traduce, todo lo que dicen, los hondos amigos del ocaso y Eduardo Falú, agrega su nostalgiosa voz, aquella que ya se está escuchando mañana
“Hay que ponerle palabras al silencio de mi pueblo” Jaime Dávalos solía decirle a Eduardo Falú, cuando el nacido en el Galpón encendía en su guitarra, la canción que abrigaría a versos como Canto Al Sueño Americano.
¿Qué habrá sentido el exiliado, al escuchar en Europa, México o cualquier remoto país, la voz de Eduardo Falú, recorriendo los versos alados de Las Golondrinas?
Falú y Dávalos, retratan el Corazón de adentro, la nación de los corazones mestizos, el fervor criollo en la guitarra, luz del minero, la querencia en la zamba
"Mi relación con la guitarra es muy armónica y afectuosa. En el medio siglo que dura, ella y yo aprendimos a tenernos paciencia. Presiento que es un vinculo que seguirá hasta que nos separe la muerte". Señala Eduardo Falú
Por su parte, Jaime Dávalos, desde el fondo de la sonora memoria, nos dice:"No, no quiero dejar la guitarra. A los sesenta años Segovia pensó dejarla, pero no pudo. Pienso seguir en esto mientras duren los dedos. Los médicos dicen que lo ultimo que envejece son las manos" asegura Falú.
Jaime Dávalos, se fue al cielo de la copla, en 1981, su eternidad se pasea en zambas, canciones, versos
Eduardo Falú, Jaime Dávalos, gracias por llenar la vida de luz, en medio de tanto trago de sombras

FRAGMENTO DEL GUIÓN EMITIDO AL AIRE
LOCUCIÓN: STELLA M. TOVARICH
EDICIÓN ARTÍSTICA: CELSO MIÑO / ALEJANDRO CAROSELLA
TEXTO Y GUIÓN: PEDRO PATZER
DIRECCIÓN ARTÍSTICA: MARCELO SIMÓN

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