viernes, 11 de abril de 2008

PAISAJES MUSICALES: EL TREN






El tren, madre de ciudades y pueblos argentinos ¿Cuántos parajes, cuántas comarcas han tomado el nombre de su estación?
El ferrocarril ha organizado, el pequeño universo de cada pueblo
¿Qué magia posee el tren que hace que sus musas diesel, sus ángeles de vidrios rotos y oxido, conmuevan a poetas, hasta hacerlos caer en los más hondos salones de la palabra?
El ferrocarril, no sólo es asunto de poetas, el tren es el paisaje del recuerdo de cualquier hombre de provincia.
La melancolía oxidada de los trenes que sólo dejaron lágrimas de hierba sobre las vías abandonadas; el silencio de las llanuras (que alguna vez fue derrotado por el aullido nocturno del ferrocarril, ese murmullo de lejanías) hoy puebla atrozmente, el silencio profundo de los pueblos que desaparecieron,
El tren para los argentinos es muchas cosas, ferroviarios, niños que venden estampitas amarillas, suicidas, músicos, despedidas, pero ante todo el ferrocarril es la infancia de las querencias
Cuántos trenes a bordo de la memoria de tantos: trenes lecheros, trenes de carga, trenes aguateros, trenes blancos, trenes de cartoneros, trenes de presos, trenes a la nubes, trenes patagónicos, trenes de los cobres, trenes...
Hace años, en nuestro país, el tren era un dato de la civilización: su lento paso andariego unía ciudades con parajes, breves miradas de edificios con infinitas miradas de llanura. Cada vez que el tren pasaba por una pequeña comarca, era una fiesta para el pueblo
El ferrocarril argentino, estuvo en manos de los ingleses, luego se nacionalizó, logrando que el transporte más popular fuera de todos los argentinos, hasta que en los noventa, se instaló una maldita idea: "ramal que para, ramal que cierra" Más de 600 pueblos desaparecieron cuando el tren dejó de pasar por sus modestas estaciones
Pueblos como Tafi viejo, fueron destinados a la pobreza; miles de ferroviarios fueron condenados no sólo al desempleo, sino a ser como fantasmas deambulando por los andenes abandonados, ya que para un ferroviario, el trabajo en un tren no es un oficio, es una manera de vivir
María Elena Walsh hija de un ferroviario, su infancia tiene aroma a vagones del Ferrocarril del Oeste:
Con la respiración del agua
y el riesgo de la arena
pasaba el tren de la mañana
junto a los grillos y las azucenas.
Manuel J. Castilla, nació en la estación de trenes de Cerrillos, era hijo de un ferroviario, Castilla le regaló al mundo, su poema: "El tren de Alemanía"
¿Hay algo más triste que un tren detenido bajo la lluvia? – se preguntó Neruda, quién también era hijo de un ferroviario, de hecho, su primera capa de poeta, era la capa de su padre, la capa del ferroviario
Jairo, perteneciente a una estirpe de ferroviarios, retrato en canto, su recuerdo de tren
Atahualpa Yupanqui, también era hijo de un ferroviario
Los peones de los ingenios azucareros, los zafreros, los mineros, los curas de pueblo, algún que otro bandido rural, el calor colándose por las ventanas oxidadas, las viejas campanas de las modestas estaciones de pueblo. El Tren poseía su imaginario, su elenco estable de hombres y cosas destinadas a la melancolía
hombres que duermen en los andenes, cual viejo Matías en la estación de Paso del Rey
El viejo tren mixto (denominado así porque trasladaba pasajeros y carga), tenía su universo propio: chacareras, pañuelos, coplas y quichua
Los obreros, tienen una estrecha relación con el ferrocarril: lentas mañanas de estación, plegarias de gasoil y terraplén; la musiquita del traqueteo y las desopilantes ofertas de vendedores ambulantes que venden por dos pesos, la receta de la felicidad
Los músicos del tren, colman los vagones de urgentes cantos populares, estas criaturas del Roca y el Sarmiento, son el paisaje Vía Constitución, el ingrediente suburbano, el permiso para imaginar un rato, antes y después de la oficina
El adiós en las estación de trenes, ha inspirado a poetas y artistas como los Hermanos Ábalos, que al ver como un muchacho despedía a su novia, desde el andén, agitando un pañuelo, crearon el himno de la nostalgia popular, el que se tararea en cada despedida de estación
FRAGMENTO DEL GUIÓN EMITIDO AL AIRE
LOCUCÍÓN:
EDICIÓN ARTÍSTICA: CELSO MIÑO / ALEJANDR CAROSELLA
TEXTO Y GUIÓN: PEDRO PATZER
DIRECCIÓN ARTÍSTICA: MARCELO SIMÓN

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