jueves, 3 de abril de 2008

SALAMANCAS Y CAMINOS: EL CARNAVAL






"El Carnaval es una manera de vivir" sostiene la artista salteña Silvia Barrios.
Ya se viene el carnaval
montado en caballo arisco
con las alforjas cargadas
de harina y duraznos priscos.
La copla es el pan de carnaval, ella expresa el canto abismal del hombre que sumergido en la baguala retrata la herencia pagana, que en la caja retumba y retumba hasta despertar al dios febril de la fiesta
Los festejos del carnaval son sencillos entre los pobladores de los valles calchaquíes y, a pesar de su aspecto exterior de alegría, las músicas y las canciones son hondas criaturas de la melancolía
En el noroeste cuando termina la fiesta, la saludan con esta copla:
"Ya se ha ido el Carnaval/
por el vado más estrecho/
y quedan las buenas mozas/
Con la barriga hasta el pecho"
Cuando Febrero comienza a presentirse en la Quebrada - afirma Fortunato Ramos - el colla prepara su erquencho, su caja, su chicha, y su preocupación se centra en el Dios Momo, en el mojón, en su cuadrilla cajera o simplemente una comparsa carnavalera
¿Será acaso el carnaval un estado del alma, una natural manifestación del corazón humano?
Hay dioses latentes en las tinajas de chicha y aloja, hay ceremonias milenarias en cada garganta que canta el carnaval
Algunos señalan que el carnaval proviene de los Saturnales romanos, aunque existen rastros de estas celebraciones en muchos pueblos de la antigüedad: algunos dándole la bienvenida al año nuevo, otros recibiendo a la primavera. La palabra "Carnaval" proviene del latín "carnem levare" que significa: "quitar la carne"
La conquista introdujo la costumbre en nuestro continente, y el Carnaval pasó a adquirir características especiales según los países, y aún dentro de cada país
En Bolivia, el Carnaval se manifiesta con esplendor en Oruro: son quince días en que la música fatiga al altiplano, quince días en que las danzas se apoderan de los cuerpos de los paisanos, quince días en que la sed no halla remedio, quince días en que los bordados folklóricos despiertan la envidia de los astros y los cascabeles de los trajes callan a las plegarias, quince días en que las calles se llenan de diablos que interpretan danzas guerreras
En Perú, el Carnaval se vive en plenitud en Iquitos: los mozos traducen el fervor pagano en tambores y seguidos de una comparsa inician, el lunes de Carnaval, el peregrinaje hacia la selva de Punchana, Nanay, Morona Cocha y San Juan, donde derriban una palmera, la cargan sobre sus hombros y emprenden el regreso al pueblo, siendo recibidos por chicos y grandes. Luego cavan un pozo profundo, al que llenan de espejos, collares, banderines y pañuelos, e introducen el tronco, que queda como un mástil; días después será derribado, en medio de una ceremonia que anuncia el fin del carnaval
El carnaval de Brasil, el más publicitado del mundo, se vive en Río de Janeiro, donde los brasileños realizan durante los tres días de Carnaval lo que piensan durante un año. La máscara aprovecha la distracción para colmar de verdad las calles, no hay ricos, ni pobres, sólo hay almas poseídas por el Carnaval
Podríamos señalar cualquier país, y en cada uno de ellos hallaríamos una manera singular de vivir el Carnaval, ¿será el Carnaval un ejercicio de eternidad en cada hombre?

FRAGMENTO DEL GUION EMITIDO AL AIRE
LOCUCIÓN: STELLA MARIS TOVARICH
EDICIÓN ARTÍSTICA: ALEJANDRO CAROSELLA
GUIÓN: PEDRO PATZER
DIRECCIÓN ARTÍSTICA: MARCELO SIMÓN

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